Formas de quejarse y dar consuelo en espaƱol.
A lo largo de la enseñanza del español como lengua extranjera, he notado que usamos diferentes expresiones; unas mÔs corteses que otras, para conseguir algo, dar órdenes, dar consejos, en general, lograr lo que queremos o conseguir nuestro objetivo hablando con otras personas. El blog de hoy acercarÔ a nuestros lectores la diversidad de hablantes que tenemos en el español, a no meter la pata (equivocarnos, cometer un error) y evitar malentendidos. Y qué otra cosa mÔs que, quejarsse.
QUEJAS GENERALES
En algunas ocasiones solo queremos comunicar que no estamos bien, tanto a nivel anĆmico como fĆsico. Para estos casos usamos las expresiones acontinuación y que estĆ”n en negrita.
ĆltimamenteĀ las cosas no me van nada bien.
Hace unos dĆas queĀ todo me sale mal.
No sĆ© quĆ© me pasa, queĀ no me encuentro bien.Ā = Mi estado fĆsico es malo.
Lo estoy pasando fatal/terrible/mal.
Si últimamente solo nos pasan cosas malas, podemos usar la siguiente expresión:
Tengo unaĀ mala racha.
Y si la mala racha (perĆodo prolongado de mala suerte) persiste, y durante meses todo va muy mal, podemos usar esta frase hecha coloquial:
Parece que me han hechado la sal.Ā = Tengo muy mala suerte desde hace tiempo.
Por Ćŗltimo, si realmente estamos muy mal en todos los aspectos, podemos utilizar una de estas expresiones:
Tengo muchĆsimo trabajo,Ā no puedo mĆ”s.
Esta caminata es demasiado, estoy al lĆmiteĀ de mis fuerzas.
QUEJAS CONCRETAS
Ahora veremos las fórmulas mÔs frecuentes para quejarnos de algo concreto. Las estructuras que mÔs usamos son las siguientes:
estoy harto/a de + nombre, estoy harto/a de que + oración en subjuntivo; no aguanto + nombre, no aguanto que + oración en subjuntivo; oración que expresa algo malo seguida de y lo llevo muy mal.
Estoy harta deĀ mi jefe,Ā no lo aguanto.
No aguantoĀ mi trabajo,Ā no aguanto queĀ me griten y me traten mal.
Mi hija no me habla,Ā y lo llevo muy mal.
Si las molestias son continuas, usamos la perĆfrasisĀ no parar deĀ + infinitivo:
Mi jefe no para deĀ criticarme.
Andrea Bejarano