Descubrir Ciudad Perdida

Siempre soñé con visitar ciudad perdida, es un lugar que pocos colombianos conocen. Decidí hacerlo para mi trigésimo tercer cumpleaños y creo que fue el mejor regalo que me he hecho. 

Fueron cuatro días para descubrir ciudad perdida o Teyuna, durante este tiempo compartí nuevas experiencias con francobolivianos, estadounidenses, holandeses y brasileños, y así descubrir lugares remotos y encontrar bellos paisajes de mi país, fue muy emocionante. 

Cada día caminábamos desde las seis de la mañana hasta las cuatro de la tarde, tomábamos pequeños descansos de veinte minutos cada dos o tres horas, para comer frutas de la región como sandía (En Colombia se llama Patilla), piña, naranjas dulces, maracuyá y pequeños bananos de la montaña. Caminamos cuarenta y ocho millas en total, subiendo y bajando montañas, pasando ríos y cruzando grandes terrenos de selva húmeda.

Al principio del viaje, todos nosotros; éramos nueve turistas, hablábamos mucho mientras caminábamos, pero poco a poco las voces se fueron silenciando pues teníamos temperatura de ochenta y seis grados fahrenheit durante el día, el sudor y el cansancio aparecían. Cada día teníamos la oportunidad de bañarnos en el ríol, el agua estaba fría, perfecta para nuestros cuerpos cansados. 

Durante estos días de caminata, aprendíamos de los hábitos y costumbres de la comunidad Wiwa y las historias de la comunidad Tayrona. Cada paso en este viaje fue un aprendizaje y una hermosa experiencia de vida.  

De los indígenas y de este lugar sagrado aprendí a conocerme, mis límites mentales y físicos, que el silencio es un regalo maravilloso, que somos un grano de arena en medio de un universo maravilloso, y que este viaje no habría sido igual sin mis acompañantes Jessica (Brasil), Sergio (Estados Unidos), Gael (Francia – Bolivia), Anna (Holanda) y Esteban (Colombia – Holanda).

Andrea Bejarano.

Comprensión de lectura