Huertos urbanos
Son pequeños terrenos en medio de la ciudad en donde los vecinos pueden cultivar de forma ecológica sus propias verduras. Estos, tienen objetivos educativos, ambientales y recreativos, pues pueden ser municipales, administrados por el gobierno local, o comunitarios, gestionados por los mismos vecinos y que a diferencia de una huerta, la huerta es de mayor tamaño.
En países donde la migración es alta, los huertos urbanos resultan ser una alternativa para los migrantes en sentirse próximos a su país y costumbres, pues cultivar plantas que les son familiares hacen que se sientan más en casa a pesar de la distancia.
Los alimentos que se cultivan (según la estación) en estos huertos pueden ser: berenjena, calabaza, albahaca, rúcula, lechuga, rábano, acelga, melón amargo, espinaca y coles.
El objetivo de estos huertos no se enmarca en la producción sino en la participación de diferentes personas de edades, procedencias y ocupaciones distintas. Intercambiar saberes entre generaciones resulta muy interesante desde el beneficio cultural, ecológico y social, pues hace que las comunidades sean más cercanas y haya un constante intercambio entre ellas.
Según el más reciente estudio realizado de agroecología sustentable de la Universidad de Chatham de Pittsburgh, indica que de los 59 huertos de Chicago, 23 plantados por chinos, 19 a cargo de mexicanos y 17 a cargo de afroamericanos, donde se produce desde melón amargo a espinaca, berros, frijoles y camotes.
Las huertas pueden ser además un “mosaico de culturas”, como lo menciona Taylor en su estudio, porque las comunidades étnicas intercambian semillas y los productos son consumidos por todo el vecindario.
Andrea Bejarano